Mientras la ONU se preparaba para votar la plena integración de Palestina, el embajador de Israel subió al atril para representar a la perfección la impunidad del genocidio en Gaza.
El embajador de Israel ante las Naciones Unidas se acopió de una trituradora de papel, y en una performance que ni Albert Rivera en sus mejores tiempos, trituró la carta de la ONU.
Como llevan demostrando durante años, y de forma intensificada en estos últimos meses, Israel manda los derechos humanos a la basura ante los ojos atónitos del mundo.
La escena ha circulado por las redes sociales y ha despertado las feroces críticas de los tuiteros, quienes han atinado al recordar que el Estado de Israel se fundó gracias a una resolución de la propia ONU.
Público